martes, 16 de octubre de 2012

EL SOBRE AMARILLO

“Ven a mi pecho, alma cruel y sorda”
                 (Baudelaire)


Mañana me entrevistaré con una persona que me dirá lo que valgo y a qué velocidad me deprecio,
me lo dirá mientras desayunamos,
fingiré escucharla porque me enseñaron a ser educado,
le demostraré que sé comer sin prisa,
poniendo cuidado en como cojo las cosas y donde las dejo,
que no sospeche los cálculos con infinitos decimales que nos distancian,
la prisa que tengo por derrochar de la fuente el mejor trago,
el poder inmisericorde que arranca las paredes de la casa dejándolas sin raíz,
los excrementos con que me limpio.
Hará como hace todo el mundo,
buscará debilidades, contará las pausas y hurgará en mis ojos el rincón de la verdad,
luego tendré tres segundos para ser ingenioso,
no lo seré porque las manos han perdido su vuelo, arremolinándose hacia mi corazón,
la atropellaré con silencio. ¿Quién pediría más?
Ya habré bajado de la montaña cuando ella encienda la luz,
volveré a llorar como cuando era niño antes de decidir que nunca más lo haría,
oscurecido el sol y dando las buenas noches a todos cuanto he visto hoy, me vestiré para ustedes,
mis enfermos, mis amputados lectores, y a pesar de todo gangrenados,
les empujaré la pus y los gusanos hasta la boca,
nada hay mejor.

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