sábado, 31 de octubre de 2009

PARADA DE AUTOBUS

Momentos antes me quedé sin palabras,
las miraba sin recordar quién me las había dictado,
resbalaban por el banco hasta precipitarse a una bolsa de naranjas,
no tenía respuesta, esperaba a que el tiempo pasase,
sin alentar más que un especio donde dormir
enterrado a las brasas.

Despiértame despacio,
con las manos de la luz a mi espalda
y susúrrame que ya no hay más fuego,
la colilla resbala por las sábanas, rueda hasta caer al suelo,
sin partirse, sin provocar un chasquido,
perplejo por lo que acabo de ver me vuelvo a mirarte
¿seguro que soy yo el que sueña?

Pasan coches abrasando el agua, separando el territorio, desmenuzando el tiempo,
cada uno escoge un costado,
hay que continuar disparando hasta que solo quede uno.