lunes, 29 de octubre de 2012

LUGARES OSCUROS

“Nada es trivial una vez han desaparecido los que amamos”
                                  (Derek Walcott)


He comido, sin saberlo, del espíritu de las generaciones precedentes,
sus ríos son mi sangre, sus vocablos mis pensamientos,
he caminado con los objetos soñados y con sus cenizas,
restos de los ritos, caminos que separan la tierra firme del lodazal,
son las preguntas las que han rozado el sublime cénit.

Sigo de lejos el tributo a una persona ausente,
erigen monumentos en su memoria,
durante un tiempo alguna calle con su nombre,
no es decisivo saber nada de él para que exista,
estaba en ese pasado terco que tira alfombras mientras queda un espacio libre y quema recuerdos generación tras generación,
sin embargo siempre huele a niebla y escarcha, hojas tiernas y pisadas, da igual por quien.

Viendo que los ausentes también siguen a los vivos allá donde vayan,
que la red de emociones se agiganta, se aleja con un pie pero nos sigue dando la mano,
cierro los ojos y tuerzo el dolor que me acompaña como un tintineo que durará mientras fluya el aire
y pregunto por los míos, por los silencios realmente míos,
y el tiempo que debo estar necesariamente aquí,
concéntrico una persona con otra,
no sé cuando debo terminar, he perdido demasiados cascotes
me cuesta reconocer que ese que habla soy yo.

martes, 16 de octubre de 2012

EL SOBRE AMARILLO

“Ven a mi pecho, alma cruel y sorda”
                 (Baudelaire)


Mañana me entrevistaré con una persona que me dirá lo que valgo y a qué velocidad me deprecio,
me lo dirá mientras desayunamos,
fingiré escucharla porque me enseñaron a ser educado,
le demostraré que sé comer sin prisa,
poniendo cuidado en como cojo las cosas y donde las dejo,
que no sospeche los cálculos con infinitos decimales que nos distancian,
la prisa que tengo por derrochar de la fuente el mejor trago,
el poder inmisericorde que arranca las paredes de la casa dejándolas sin raíz,
los excrementos con que me limpio.
Hará como hace todo el mundo,
buscará debilidades, contará las pausas y hurgará en mis ojos el rincón de la verdad,
luego tendré tres segundos para ser ingenioso,
no lo seré porque las manos han perdido su vuelo, arremolinándose hacia mi corazón,
la atropellaré con silencio. ¿Quién pediría más?
Ya habré bajado de la montaña cuando ella encienda la luz,
volveré a llorar como cuando era niño antes de decidir que nunca más lo haría,
oscurecido el sol y dando las buenas noches a todos cuanto he visto hoy, me vestiré para ustedes,
mis enfermos, mis amputados lectores, y a pesar de todo gangrenados,
les empujaré la pus y los gusanos hasta la boca,
nada hay mejor.