“vacilaron los árboles”
(Elizabeth Bishop)
Acuérdate antes,
de los árboles de la avenida que resistieron todas las podas,
algo debería haber en el subsuelo o en las caricias del sol
para sobrevivir al paso apresurado de sus propietarios,
crueles por condenarlos a sufrir.
Terminado el trabajo, barridas las hojas, siempre había alguna que se empeñaba en caminar como cangrejos aislados de la marea,
llegaban al borde de la carretera donde la velocidad de los coches las hacía saltar,
las más afortunadas pegaban su faz a los cristales de nuestra casa durante un rato,
luego se les acababan las fuerzas y caían,
a la mayoría el jardinero las amontonaba en un rincón y las incineraba,
a lo lejos los árboles distraían su tiempo abriendo y cerrando las manos,
ensayando la recuperación de la primavera.
(Elizabeth Bishop)
Acuérdate antes,
de los árboles de la avenida que resistieron todas las podas,
algo debería haber en el subsuelo o en las caricias del sol
para sobrevivir al paso apresurado de sus propietarios,
crueles por condenarlos a sufrir.
Terminado el trabajo, barridas las hojas, siempre había alguna que se empeñaba en caminar como cangrejos aislados de la marea,
llegaban al borde de la carretera donde la velocidad de los coches las hacía saltar,
las más afortunadas pegaban su faz a los cristales de nuestra casa durante un rato,
luego se les acababan las fuerzas y caían,
a la mayoría el jardinero las amontonaba en un rincón y las incineraba,
a lo lejos los árboles distraían su tiempo abriendo y cerrando las manos,
ensayando la recuperación de la primavera.