martes, 30 de diciembre de 2008

A CONCIENCIA

Ten cuidado con la cerilla mal apagada,
cuando crees extinto su corazón retumba de nuevo,
respira de las profundidades del estómago,
aire que creíamos limpio,
útil para ser llevado a cuestas por los patios
y aclamado con canciones tiernas, abrillantadas por fabulosos seres alados
que nos portan a donde más hermosa parece la noche.

Ten cuidado con las manos torpes del insomnio
parecen tan reales,
entre esta ebria sopa que nos despierta
mas nos conducen de maldad en maldad
hasta la casa que nos cobijará en cuanto la conciencia nos impida dormir para siempre,
pisar las piedras de la playa,
afrontarlas como una cadena continua que no se desvanece
sino que se arremolina hasta solo ser un punto.