lunes, 7 de febrero de 2011

QUEDAN NUBES

“como esa nube ociosa de la tarde”
(J.M. Fonollosa)


Debería abstenerme de saber cuántos difuntos soy capaz de soportar,
mirarlos sin más a la memoria, sin cara ya, muertos definitivos, libres por fin del miedo.

Borradas sus iniciales del censo,
para que ya no parezcan nadie.
Entonces quedan las nubes
acunadas hasta romper la crisálida,
las limpio para que pasen de largo,
pero se acumulan a darme su pútrido aliento,
me curvan el silencio para que parezca un llano de hierbas,
allí mismo me estiro a respirar y oírme decir cuándo dejaré de preguntarme estas cosas.
Cuántas vidas has desaparecido bajo este manto,
cuántas lo forman y a que profundidad serán más sólidos los materiales para evitar que desaparezcamos en un sueño.

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