sábado, 23 de octubre de 2010

JARDIN ZEN

Mi mayor distracción es aplanar la tierra con el tacto,
aunque no sea la mejor manera de hacerlo,
sí que es la más perfecta.

Esto ya lo narraron antes que yo
genios de palabra elocuente
o humildes personas envigadas a una misma intuición,
lo trataron de concretar en una frase,
para un epitafio
o como arenga fundacional de un imperio
o como inicio de unas memorias,
sin embargo después de la lluvia desentierran las hormigas su hormiguero
formando pequeños cráteres que dan ganas de alisar,
nosotros grandes torres, campanarios obsoletos, bocas de metro,
cualquier cosa que nos empequeñece pero que necesitamos,
llegará un día que en terminarán pareciéndonos feas
y entonces las destruiremos.

1 comentario:

Anna Vila dijo...

Tu sabes que un poema se reescribe y reescribe con cada lectura, esta es la mágia de la poesia, esta cualidad de transformarse, de crecer o decrecer según el lector, solo que tu no llegas a leer las diferentes versiones que de tu poema surgen, o lees pocas. Supongo que cada poeta tendrá su gusto sobre si saberlas o no. Por si eres de los que si, esta es la mía: Tu poema tiene un exraño halo de serenidad, como de un gran gigante tumbado en la arena, que observa como se construye y se deconstruye la realidad, y como pasa el tiempo en este devenir. Esta es la visión que he tenido al leerlo. Un beso, admirada y sorprendida siempre de lo que logras sacar de tu pluma.