lunes, 14 de diciembre de 2009

FALTÓ UNA PALABRA

Me tiemblan las manos,
sostuve las tuyas,
las escondimos juntas,
las apretamos en busca de su simetría,
imposible hablar de otra manera.
Olor encadenado a estas sábanas,
a la espera de que con la luz apagada atravesara un rayo
que nos provocara abrazos y silencios.
Atrás quedó septiembre, los empedrados cauces, las llamadas furtivas,
ahora sueño con tus huellas en la profundidad del tiempo
y despertar sin lindes,
abrochado nada más que al paisaje.

2 comentarios:

anna dijo...

Supongo que no coincidiremos (no debe ser lo más habitual que el lector coincida con el autor) pero creo que es uno de los más bonitos que te he leído. Esta vez, el ritmo interno que siempre tienen tus poemas, se deja oír un poco más. Ya sabes, no puedo evitar desear que las palabras bailen.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Anna. Estas palabras se reconocen únicas, como los granos de arena, aparentemente idénticos, pero cada uno distinto observado de cerca. Sólo hay que acercarse con fe y la mirada clara.