martes, 19 de febrero de 2008

PARTES

Di que no es necesario ir tan deprisa,
sortear los versos, desbrozarlos
atropelladamente y dejarlos morir. Da igual qué tanto por ciento es negligencia o materiales defectuosos,
aquí y ahora no es posible sobreponerse.
También hay casualidades,
tornillos mal ajustados, boquetes por donde gotea el corazón
o ese taladro que de súbito cruje aplastando las palabras que se deslizaban plácidas hacia el infinito,
no es por culpa de nadie que estemos aquí,
detenidos en el sopor de una visita, inertes a los monosílabos que han pulido los rostros mientras el sol arrancaba de cuajo la vida,
es un modo de repartir los sobres
y estar tranquilo con todo lo demás.

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