jueves, 7 de julio de 2011

ANNA ANTE EL ESPEJO

El rectángulo que ensancha el dormitorio absorbe tu reflejo,
unas letras ahora al revés, doradas, vencidas en el sopor de las horas, en su puro azar,
igual es por las líneas de la mano, tensas, que volvieron a florecer
o por el trazado ondulante de la piel que divide también el espacio.
¿Qué miras, qué ves al fondo, mientras colocas las ropa descuidadamente?
nada parece arder en la superficie,
está en calma el aire,
todos los objetos en su lugar,
con el color y el tacto de siempre,
sin embargo podría llover, arrastrar un tornado hasta la última astilla y tu no retirar la vista.

Es después, cuando un leve golpe, un simple parpadeo, la devuelve a la verticalidad.

Sentada ya en la cama,
aun por descalzar, el suelo comienza a estar frío,
piensa que todavía los hilos la sostienen,
un entramado de sencillos sueños saltan entre las hojas,
repiquetean el corazón, es poco un segundo para ir tan lejos,
es mejor hundirse por la curvas hasta llegar a tu inicial, encima de ti,
grabado a una gruesa capa de espuma,
que es tu verdadero hogar.

1 comentario:

Anna Vila dijo...

Gracias, por componerlo, por colgarlo, por verme así, como me gusta también verme a mi misma, y por amarme así.