Todos los lunes,
antes de ahogarme, repetía en el tren o ante los transeúntes que no es suficiente con esto,
luego volvía a posponerlo. Ahora no se mira, se apunta:
lo que tuve regresa sin realismo,
sin análisis crítico,
sin sociedad diseccionada,
simplemente ocurre
como lo que no oigo y sé que existe.
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